Las bicicletas sin pedales son ideales a partir de 1 año de edad, siempre y cuando el niño tenga cierta autonomía, es decir, que sea capaz de andar o mantenerse de pie solo. Entre 1 y 2 años se recomiendan los modelos tipo correpasillos o con 3 o 4 ruedas, porque son más estables. Sin embargo, de ahí en adelante cualquier modelo, dependiendo del tamaño, es estupendo para tu hijo.

Sí. Sin lugar a dudas. La falta de freno les obliga a tener que usar los pies para frenar, y por eso la velocidad y las distancias que vayan a recorrer sin parar van a ser más cortas. Así, tendrán menos autonomía y no se alejarán demasiado de ti, pero a la vez sentirán más libertad y seguridad en sí mismos.

Ambas son estupendas y harán las delicias de tu pequeño. La decisión depende de la edad. En caso de niños más pequeños, las de balance son más recomendables. Sin embargo, en caso de niños algo mayores que están aprendiendo, los ruedines pueden ser más adecuados. En cualquier caso, su preferencia y comodidad son la clave.

Todo depende de la edad y la fuerza que tenga tu hijo. Aunque podría pensarse que una bici más pesada es más estable, no es necesariamente así. Aunque es lo ideal, tampoco es necesario que sea muy ligera. De lo que se trata es de que tu hijo pueda manejarla con facilidad y soltura. Si es muy pesada para él y le cuesta moverla, no es la adecuada.