La sociedad actual ha cambiado mucho con el avance de la tecnología. Esto no afecta solo al mundo adulto, sino también al de los pequeños de la casa. Hoy en día los niños nacen en un universo repleto de pantallas y dispositivos electrónicos, los sensores si bien pueden ser una herramienta útil para su desarrollo cognitivo, a menudo son una explosión de tentaciones y sobreestimulaciones que los padres no saben muy bien como contener.
El juego es fundamental para el correcto desarrollo del niño. Según indica Piaget en su Teoría Estructuralista del Juego , el niño pasa por diferentes etapas en las que el juego cambia su papel. En la obra del mismo pedagogo, La formación del símbolo en el niño , se explica a través de la mirada de Piaget cada uno de los tipos estructurales del juego (ejercicio, simbólico, o de reglas). En este artículo no nos centraremos en las teorías de Piaget, para aquellos interesados en profundizar en el punto de vista de uno de los psicólogos más influyentes del siglo XX, los remitimos a una de sus obras más conocidas: La formación del símbolo en el niño .Nosotros, por otra parte, detectamos la atención en definir qué son los juguetes de imitación, por qué son importantes y qué tipos de juguetes de imitación podemos encontrar.
¿Qué es un juguete de imitación?
Cuando hablamos de juguetes de imitación estamos haciendo referencia a aquellos juguetes que sirven al niño para imitar las acciones de los adultos.
Tenemos que tener en cuenta, que las acciones que realizan los adultos, no solo se dan en el contexto familiar inmediato, sino que los más pequeños también la observan en el entorno social en el que se encuentran. De este modo, sus referencias adultos, además de ser sus padres, hermanas, tíos, abuelas o amigos cercanos… también lo que la doctora que lleva su historial médico, el conductor del autobús, la farmacéutica del lado de casa, etc. significa que también ven al adulto en un rol profesional y no solo familiar.
Por tanto, un juguete de imitación será todo aquel que ayude al niño a imitar la acción de los adultos, un imitar su rol en un contexto social particular.
De este modo, un carrito mecánico o una cocinita permiten al niño, mediante el juego, aprender la realidad de su entorno. Comportarse como lo haría un adulto desempeñando esas tareas. En resumen, lo ayuda a entender el mundo que le rodea.
¿Por qué son importantes los juguetes de imitación?
A partir de los 2 años el bebé deja de ser bebé para ser niño. Gracias a los juguetes de imitación, los niños tienen la posibilidad de representar diferentes roles que les ayudan a entender el funcionamiento del mundo que les rodea. Como bien hemos dicho más arriba.
Es a partir del juego, que el niño mantiene las primeras relaciones con el mundo exterior, con otros niños y también con los demás miembros de la familia. Este juego de imitación de roles es fundamental para su crecimiento y para aprender habilidades que le servirán cuando sea adulto, como por ejemplo, saber cómo gestionar la frustración o imaginar diferentes soluciones a un mismo problema. En los más pequeños, algo que se puede observar directamente mirando cómo juegan, es cómo cada vez se desenvuelven mejor en escenas en las que necesiten una buena coordinación visual-manual.
Tipos de juguetes de imitación
Aunque cada niño tiene una personalidad distinta y un ritmo de crecimiento distinto, es cierto que se pueden agrupar distintos tipos de actividad según la edad. No quiere decir que a todos los niños de tres años les vaya a gustar el mismo juguete, pero sí es cierto que estarán en una etapa de desarrollo similar. Cuando todavía son bebés, los juguetes con diferentes texturas les van a encantar. En edades muy tempranas probablemente todavía no jugarán con juguetes de imitación estándar, pero sí que disfrutarán con juguetes adaptados a su edad. Por ejemplo, los mayores de 18 meses estarán encantados aprendiendo a balancearse ellos solos o estudiando como agarrarse a un manillar (que después les servirá para aprender a ir en bici), con algún tipo de caballito balancín adaptado a ellos.
Es muy importante para los niños, que les dejemos jugar a su aire. Debemos controlar que estén en un espacio seguro y supervisar el juego, pero no “corregir” continuamente el modo en el que utilizan una espátula de cocina de juguete, por ejemplo, o la forma con la que juegan a barrer el suelo con una fregona, en lugar de una escoba. Con esto queremos decir que hay que respetar la libertad de imaginación con la que los niños juegan; para ellos, cualquier objeto cotidiano puede ser un juguete y cualquier juguete puede adquirir un nuevo propósito en sus manos.
En el mercado se pueden encontrar infinidad de juguetes de imitación: desde las clásicas cocinitas con las que jugar a desempeñar los papeles de mamá y papá en la cocina o de chefs profesionales en un restaurante; vehículos eléctricos, ya sean coches o motocicletas, que funcionan como las de los adultos y que vienen en diferentes versiones para imitar cómo conducen los adultos cuando les llevan al colegio, o si son temáticos, por ejemplo, con acabados como un coche de policías, pueden imaginar que están desarrollando esa profesión.
En el mercado también encontramos tractores o excavadoras con los que jugar a desempeñar diferentes tipos de roles profesionales: agricultores, constructores, etc. Tocadores con muchos detalles para jugar a peluquería, carritos mecánicos para convertirse por un rato en mecánicos, etc.
Los instrumentos musicales como baterías, pianos, guitarras, etc. también pueden ser incluidos dentro de este tipo de juguetes con los que además serán el primer paso perfecto para acercarse a la música.
En definitiva, los niños disponen de mucha imaginación para inventar juegos y situaciones nuevas. Los juguetes de imitación son una herramienta más con la que pueden contar y que además pueden pasar momentos muy divertidos. Al fin y al cabo los niños deben ser niños y el tiempo de juego debe ser algo que los adultos respetemos sin condiciones.